María Lucia Batioja balanceaba ser a la vez un converso a la Iglesia y un inmigrante a los Estados Unidos desde Argentina. Ella cuenta su historia de ser una niña jugando en los huertos en una pequeña granja en Argentina, su valiente decisión de venir a los Estados Unidos, unirse a la iglesia, y su esfuerzo continuo para construir una vida para sí misma en un nuevo país como madre, un latinoamericano y un mormón. For the English version of this interview, click here.

¿Cómo fue su niñez en Argentina que formó a usted  hoy?

Conocí a la iglesia hace diez años. Va a hacer diez años el doce de julio.  Soy de Argentina de la provincia de Santa Fe.  Me creé en un pueblito muy muy pequeño. Era muy chico el campo. No éramos digamos muy abiertos-bien tímidos y tranquilos. Mis padres a pesar que no eran de la iglesia, pero siempre me enseñaron acostumbres buenas. Agradezco mucho de mis padres realmente porque me enseñaron a valorar y tener mis propios valores.

A pesar, cuando era niña del campo, una niña que se creó en nada porque yo todavía veo a mis hijos, y les digo, “Nosotros tenemos mucho. Mucho tenemos.”  Porque nosotros de chicos no teníamos juguetes. Jugábamos con las samias de duraznos que nos comíamos de los arboles. Mis papas tienen muchos árboles de frutas allí en donde vivimos.  Y con las titas de picadillo le decíamos nosotros y eso era nuestro juego. Éramos realmente niños muy sanos.

¿Cómo entró en contacto con la iglesia?

Yo tenía 22 años cuando decidí a venir a los estados unidos. Tenía una hermana aquí viviendo entonces decidí a venir a visitarla y conocí a mis sobrinas porque no las habido conocido. Tuve unas ciertas de con complicaciones con la familia de mi hermana, con su familia, con su esposo, y sus familiares y que me empecé a sentir sola porque no tenía nadie porque toda mi familia estaba en Argentina. Entonces fue cuando me empecé a hacer ciertas preguntas.

Yo quería irme a la iglesia porque yo era católica de nacimiento. Nunca asistíamos a pasar que éramos católicos no más pero nombre. Entonces un buen amigo hablando por teléfono y me dijo que orar. Desde allí yo tenía un testimonio. No sé orar yo rezo. Yo rezo en las noches pero no sé orar. Entonces El me enseño como orar. Entonces yo oré en la noche con El Padre Celestial. En este momento no sabía que era El Padre Celestial. Entonces empecé a orar “Dios, ayúdame. Necesito conocer la verdad, me siento sola. Necesito conocerte. Necesito regresar a ti.” No tenía nadie y siempre tenía fe en El.

Yo rezo en las noches pero no sé orar. Entonces El me enseño como orar.

En este momento realmente yo Lo necesitaba. Oré con tanta fuerza que pude sentir que ahora conozco era la experiencia de El Espíritu Santo. Pero en ese momento no sabía que era El Espíritu Santo. Sentí una tranquilidad tan linda, una paz, sentí que mi mente se en comino. En ese momento, te digo una oración tan larga, era por la primera vez que oraba. Y que pedí con mucha fuerza al Señor en la oración que lo dije, “Padre Celestial necesito que me des una respuesta muy rápido porque si no la encuentro rápido no sé que voy a hacer.”

Fue realmente milagroso. Porque el otro día cuando me levante, mi hermana se fue a trabajo como  todos los días se iba, y yo me quedaba con mi sobrina y golpearon la puerta y eran las misioneras.  Entonces la hermana siempre la recuerdo.  Cuando yo abrí la puerta las dije a las misioneras, “Pasan, las estaba esperando.”  Porque cuando yo las vi supe que era la respuesta que yo estaba buscando porque El Señor me habido respondido rápidamente la oración que había tenido en la noche. Las misioneras también se quedaron muy sorprendidas que yo les había dicho. Me quedaban mirando y ellas pasaron obviamente que se sienten. Entonces, me empezaron hablar del evangelio y entonces yo quería tomar charlas que yo me quiera bautizar Porque yo ya habido recibido la contestación que estaba buscando. Yo sabía que esta era la iglesia verdadera porque El Señor me había respondido.

Les pregunté a las misioneras porque habían venido a mi casa ese día.  Entonces ellas me dijeron porque ese día habían orado porque en esa casa siempre iban, pero la persona que vivía allí-mi hermana-siempre las corría. Mi hermana estaba en total desacuerdo con la religión. Ese día ellas sintieron la oración que tenía que regresar a esa casa. La compañía le dijo a la hermana pero para que vayamos allí porque la hermana que vivía allí siempre nos corre. Y la otra misionera dijo, “No, porque siento que hoy en esa casa ella nos va a recibir.” Y realmente para mí, era un testimonio muy grande. Y desde el principio entonces pude obtener un testimonio que todos queríamos tener.

Y a partir de allí, mi vida cambio totalmente.

¿Cómo reaccionó su familia, especialmente su hermana, a su decisión de ser bautizado?

Al principio tuve muchos problemas con mi hermana. No me dejaba recibir las misioneras y entonces tenía que ser las misioneras venir cuando mi hermana estaba en el trabajo. Allí pude tomar mis charlas y pude bautizarme. Cuando me bautice, tuve una discusión con mi hermana pero bueno era mi dicción, era mayor de edad y me dijo que, “Esta bien, era lo que yo quería hacer.” Que no quiera que nadie de la religión entrara a la casa. Porque le dije yo, “ok, no había problema.” A mí me gustaba muchas las canciones de la primaria. Entonces les dije a las misioneras que si me pudieran conseguir un CD de la música de la primaria. Yo la ponía en la casa y hacia a mi sobrina que la escuchara y las cantábamos juntas porque no tenía nada de malo. Un día, llego mi hermana y me encontró escuchando las canciones con su hija y allí se armo otro problema grande porque era la religión. Después de allí, asistí a la iglesia pero todo afuera a la casa. No podían nada dentro de la casa, o hablar de la religión, ni tener el libro de mormón, porque para ella estaba mal tenerlo afuera. Era la única miembro, vino mi hermano hace un tiempo y él se bautizo.  El está inactivo, pero pudo conocer la iglesia. Fue muy difícil al principio pero esa situación. Pero realmente, El Señor me ha bendecido mucho.

¿Cómo ha mejorado su vida desde esa situación?

Conocí a mi esposo y él vivía en Utah. Yo decidí a mover a Utah y le molestó mucho a mi hermana. No hablamos con un año por esta situación. Y de todos modos, nunca tuve resentimiento por ella, siempre les seguía amando que yo amaba que entendía su situación, no podía aceptarlo, pero yo entendía. A mi hermana yo la amaba, respectaba, y creo que también eso pudo ablandar su corazón y aceptarlo más mi decisión y mi religión. Cuando llegue aquí, estuve viviendo en la casa de mi novio. Su mama me dejó quedarme a vivir un tiempo hasta que yo conseguí un trabajo y pude rentar un cuarto.  Nos sellamos en el templo de Timpanogos al año de yo verme bautizado.

Aráis de eso, mi vida cambió totalmente.

A mi hermana yo la amaba, respectaba, y creo que también eso pudo ablandar su corazón y aceptarlo más mi decisión y mi religión.

Cuando nos casamos, mi esposo empezó en la universidad para estudiar ingeniería. Era difícil, yo estaba limpiando casas para pagar la renta. El era estudiante internacional y no podía trabajar, el tenía ciertas horas que tenía libre. El Señor siempre nos ayudado a pesar que no era mucho de lo que ganamos porque limpiando casas y no era mucho lo que se gana. Y mi esposo siempre me decía, “Nada nos va a faltar mientras que pagábamos el diezmo.” Y es cierto. Siempre al fin de mes, nuestro dinero estaba dividido y a pesar de que no nos sobra el dinero. Nunca nos falto. Nunca nos falto dinero. Siempre pagamos todas nuestras cuentas y después sacábamos cuentas, pero las cuentas no las daban. Supuestamente no nos iba alcanzar para pagar todo. Pero sí, el dinero sí nos alcanzaba y al final nos sorrababa. Hasta para irnos a comprar un heladito en el Creamery de BYU.  Fue una experiencia muy muy bonita para nosotros.

Por eso, mi vida ha cambiado totalmente.

Y seguimos luchando, mi esposo se agrado después comenzó su maestría, también en ingeniería, y ya tuvimos nuestro primer hija. Entonces desde allí no pude trabajar tanto, y él consiguió un trabajo en el departamento de transportación. Era más fácil porque  podía trabajar un poquito más y le pagaban un poquito más en ingeniero. Allí fue cuando nos mudamos a los apartamentos de BYU, y fue un momento muy muy bonitos para nosotros.

Siempre al fin de mes, nuestro dinero estaba dividido y a pesar de que no nos sobra el dinero. Nunca nos falto.

¿Qué es lo que trae la Iglesia a su vida ahora?

En la iglesia, siempre los llamamientos que me dieron en la primaria, y ahora me llamaron como la presidente de las mujeres jóvenes y para mí es un reto muy muy grande. Las mujeres jóvenes son fáciles, sí, pero estoy aprendiendo cómo a tratar una jovencita porque yo tengo mi niñita. Esto me ayuda mucho, porque me ayuda cómo a crear a mi hija también porque los tiempos han cambiado y también las situaciones están difíciles. Hay que aceptar El Señor porque cuando El te llama es porque realmente sabe. Con sacrificio, uno aprende más que lo que enseña.

At A Glance

Maria Lucia Batioja


Location:
Salt Lake City, UT

Age:
32

Marital status:
Married

Children:
Three, daughter (7), son (4), son (2)

Baptism:
July 2003

Languages Spoken at Home:
Spanish

Favorite Hymn:
“A Child’s Prayer”

Interview by Arica Roberts. Photos used with permission.

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